Por David Uriarte /

Los homicidios cobran otra percepción cuando se trata de mujeres o niños. De cualquier manera, la pérdida de la vida en manos criminales es mucho más que un delito, es una marca social y emocional.

Cuando las redes sociales o los medios convencionales de información dan cuenta de asaltos, robos, secuestros o extorsiones, eso genera terror en la sociedad, se trata de la antesala de la muerte, pero cuando la noticia desemboca en la pérdida de la vida, lo primero que registra el cerebro son dos cosas: quién fue y en dónde fue.

Saber quién fue implica un grado de vulnerabilidad social, es decir, no se registra igual la pérdida de vida de un niño, una mujer, o un hombre adulto… el filtro emocional le da una nítidez diferente a cada caso.

Lo que busca la sociedad es un lugar seguro para vivir, seguro para trabajar, seguro para invertir, seguro para la familia, seguro en toda la extensión de la palabra.

Vida, libertad y salud son las principales motivaciones del humano, libertad y salud tienen cierto grado de esperanza, la vida entra en un terreno binario vida-muerte. Perder la libertad o perder la salud no tienen comparación con perder la vida.

Lss sociedades siempre han buscado vivir en lugares seguros, las familias siempre buscan la protección de sus miembros, lo que a veces se olvida, es que los lugares seguros no dependen tanto de la orografía, dependen fundamentalmente del respeto, la tolerancia y la prudencia de sus habitantes.

Una ciudad segura no es la más amurallada, es aquella donde sus habitantes incorporan en su pensamiento los valores cardinales de prudencia, justicia, fortaleza y templanza.

Construir ciudades seguras no consiste en tener casas inteligentes, consiste en tener habitantes respetuosos, que sepan controlar la ira, que tengan tolerancia a la frustración, que aprendan a respetar, que aprendan o incorporen los valores fundamentales del ser humano.

Así como los padres buscan enviar a sus hijos a las mejores universidades o tener los mejores ingresos para una mejor subsistencia, así deberían enviar a sus hijos los mejores mensajes con el ejemplo del respeto al prójimo, y tener los mejores comportamientos en la vida de relación social.

Buscar la ciudad más segura para vivir creyendo que la seguridad depende del lugar, es como creer que la salud depende del hospital o la puntualidad del reloj.

La seguridad depende de la calidad de los habitantes.