Por David Uriarte / 

Una manera de afirmar o reconocer las habilidades o destrezas de un gobernante, se encuentra en la frase, “tiene pesada la mano”, esto se refiere a la verticalidad de las decisiones, la ausencia de miramientos de otra índole que no sean las necesarias para lograr sus objetivos.

El doctor Rubén Rocha Moya no puede desconocer o negar los genes de badiraguatense, en ellos se codifica una conducta bien definida, una personalidad aguantadora, una perseverancia maratónica, una prudencia salomónica, una tolerancia conciliadora, una calma calculadora, pero también: decisiones radicales, y movimientos repentinos que pueden sorprender a cualquier estratega, adversario, o ingrato.

El gobernador es un hombre agradecido, pero no ingenuo, está más informado de lo que muchos imaginan, asesorado por íconos de la política local y nacional, ha tejido una red de “asesores” espontáneos, ha construido un catálogo de reservas políticas de izquierda y de derecha; no se asusta por las “grillas” baratas de ningún tipo, hizo su maestría en manejo de conflictos y crisis cuando fue rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

La senaduría le proporciono más cercanía con el presidente López Obrador, tejió una red de amigos expertos en políticas partidistas y políticas públicas, por eso, cuando le presentaron la primera renuncia a la dirección de Radio y Televisión Sinaloa, no parpadeo; cuando sale Ruth Díaz Gurría de la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable, tampoco se consternó; algunos pensaban que la salida del Secretario de Salud, Héctor Melesio Cuén Ojeda, marcaría un distanciamiento entre el líder del PAS y el gobernador Rocha, sin embargo, no fue así.

Desde los primeros estertores relativos al desafuero del Presidente Municipal de Culiacán, fue evidente la mano firme por no decir pesada del gobernador, no fue cosa menor desde el punto de vista partidista y político, más cuando el desaforado mantuvo una cercanía con MORENA, y circunstancialmente con el presidente López Obrador. Las declaraciones del gobernador siempre mantuvieron un tono de seguridad, no se enganchó en el conflicto, aunque su tono evidenciaba desde el principio una decisión tomada y sin regreso.

El peso de la mano del gobernador Rocha apenas empieza a ser calibrado por los presidentes municipales y su gabinete.

¿Habrá más sorpresas?