Por David Uriarte /

Pretender enseñar el “Padre Nuestro” al sacerdote, es un insulto a la inteligencia, lo mismo pasa cuando se le quiere enseñar a gobernar al gobierno, sin embargo, a veces las excepciones aplican y pudiera ser el caso de algunos temas cuya visión está parcializada o sesgada por la realidad apabullante.

Por ejemplo: el tema de la inseguridad, los homicidios dolosos, los feminicidios, las desapariciones, la inflación, el desempleo, los servicios de salud, y la pobreza, -por mencionar algunos- deben ser abordados bajo el esquema estratégico de protocolos cuya metodología soporte el análisis objetivo de la realidad, es decir, no se pueden tratar o atacar con estrategias basadas en ocurrencias o ganancias políticas.

El esquema de buscar culpables ya está agotado, es hora de buscar soluciones integrales, soluciones donde se trate de raíz el problema, donde se conozca la etiología y se elabore un tratamiento específico, medir su eficacia y comparar esquemas de tratamiento o acciones según el contexto del conflicto, se tienen que regionalizar las ofertas estratégicas en tanto no son las mismas condiciones socioculturales en el país.

En este enfoque de buscar soluciones y no culpables, aparte de abandonar las ideas de otros gobiernos o regímenes políticos como causas del conflicto a erradicar, hay que incorporar metodología científica, aunque de alguna manera riña con la política.

Por ejemplo, no se trata de sumar y decir que en lo que va de este siglo donde han gobernado gobiernos panistas, priistas y morenistas, la suma de homicidios dolosos es de medio millón, casi la población total de los estados de Colima o Baja California Sur; de lo que se trata es conocer las motivaciones de la conducta homicida, conocer lo que pasa por la cabeza del asesino quien finalmente es el instrumento necesario para que se dé el fenómeno del homicidio. Clasificar los homicidios por tipo de arma o instrumento usado para tal fin, no resuelve el problema, sólo lo describe o categoriza.

Lo mismo sucede en cada uno de los temas sensibles como los feminicidios, las desapariciones, la inflación, y la pobreza. Al conocer las motivaciones tanto de las conductas sociopáticas como de las políticas públicas que desembocan en una inflación que agudiza la pobreza, se da paso a las estrategias operativas específicas para disminuir, atenuar o inhibir el conflicto.

Es hora de aportar a las soluciones.