Por David Uriarte /

Al preguntarle a un acopiador sobre el llamado que les hizo el gobernador a los productores, -para que su legítima lucha por precios justos para el maíz, no afecte los derechos de las y los ciudadanos usuarios del Aeropuerto Internacional de Culiacán.

El gobernador invitó a los productores a ir juntos a protestar contra los verdaderos responsables de que sus cosechas se malbaraten: Gruma, Cargill, y Minsa.

“Soy su aliado y codo a codo con ustedes, exigiré trato y precio justo a su trabajo”, llamó el mandatario… “Son patadas de ahogado”, dijo el acopiador quien iba rumbo al aeropuerto de Mazatlán a llevar a su familia porque hoy por la mañana perdieron el vuelo al estar cerradas las operaciones en el aeropuerto de Culiacán.

Insistió el acopiador en aclarar que nada tienen que ver ellos en el conflicto que al parecer se les salió de las manos al gobierno federal y estatal.

“Para empezar, nosotros no pagamos ni fijamos el precio del maíz o trigo, solo recibimos el producto para embarcarlo en su momento a donde el cliente lo decida, nuestra comisión nada tiene que ver con el conflicto, ni con la bolsa de Chicago o el precio del dólar, o los apoyos pactados entre los productores y el gobierno”, aclara.

“Si reprimen a los manifestantes que están en el aeropuerto, estamos regresando a la época ‘del garrote’ -dijo el acopiador-, el diálogo es la mejor herramienta, no pueden decir que no pueden negociar y llegar a un acuerdo justo”.

Para cerciorarme de lo que estaba pasando en el aeropuerto, intenté llegar, pero los accesos estaban bloqueados por patrullas de distintas corporaciones. Encontré y platiqué con personas que intentaban pasar a pie a las instalaciones para llevarles víveres, comentaron que la administración del aeropuerto clausuró el servicio de baños, de agua y de energía eléctrica; que necesitaban llevar medicamentos porque había personas cuyas enfermedades necesitan de la administración diaria de sus tratamientos, entre ellos unos diabéticos e hipertensos.

También llegaron personas que necesitaban información de vuelos para tomar la decisión de irse a otro aeropuerto o viajar en camión, pero no había personal que les pudiera informar con certeza, sólo policías que guardaban silencio como parte del cumplimiento de su deber.

Una cosa lleva a la otra, los productores se sienten engañados, el gobierno federal está ocupado en el proceso electoral, el estado no tiene dinero, y la sociedad paga la cuenta ajena.