Por David Uriarte /
Unos por viejos y otros por nuevos, el asunto es no darle gusto a la gente. Los candidatos enfilados rumbo a las elecciones del 2 de junio, se enfrentan a la incomprensión de la sociedad, si bien es cierto que no todo mundo es igual, hay un segmento de la masa crítica donde nadie es bien visto o bien venido, unos por ser los mismos de siempre, caras viejas, y otros por ser unos desconocidos, caras nuevas.
Los que le entienden a la política o se interesan por ella, saben lo que hay detrás de las famosas ‘pluris’, esas candidaturas consideradas como un regalo partidista o compromisos de las estructuras cupulares con ciertos líderes.
En estas elecciones hay muchas caras nuevas y otras tantas caras viejas, PRI, PAN, PRD, MORENA, VERDE, PT, MC, y PAS, mantienen en la calle a personas desconocidas, algunas desangeladas en su presencia o su discurso, otras no tienen idea de lo que significa moverse en el terreno pantanosos de la contienda político-electoral, otros nadan de “muertito” porque fueron amenazados, sólo esperan que llegue el día de la votación para desafanarse de la tarea que nunca pensaron los pondría en el centro del riesgo personal y familiar.
Otros viven la experiencia de la ingenuidad al creer que pueden alcanzar el peldaño del gobierno o la representación, solo con buenas intenciones, lo cierto es que hay caras nuevas, bien intencionadas, propositivas, limpias, inteligentes, pero desconocidas.
Los candidatos se enfrentan a una población que a todos les dicen que sí, de todos aceptan las dádivas, con todos comprometen su intención de voto, aunque ese día ni se presenten en la casilla o incluso, no cuenten con credencial de elector o la tengan extraviada o vencida.
El entendimiento es una función intelectual que requiere abstracción, es decir que necesita ser procesado psicológicamente por la persona, entender es producto de la comparación, cuando alguien entiende que es mejor una cosa que la otra, es porque compara y analiza, comparar a los candidatos es analizar sus propuestas, comparar a los partidos políticos es analizar sus trayectorias y los resultados en seguridad, salud, y educación, más allá de pasiones o ideologías: resultados.
No se sabe si las caras viejas repitan los modelos de ineptitud, tampoco se sabe si las caras nuevas traicionen sus propias propuestas, lo cierto es que las caras nuevas representan una opción.