Por David Uriarte /
El gobierno municipal, estatal y federal, son entidades administrativas, dentro de sus múltiples funciones está la administración, aplicación y control de los recursos públicos, aunque se escuche simplista, son empleados de los mexicanos que tributan o pagan impuestos, la nómina de los gobiernos se paga con el dinero de los contribuyentes.
Desde el presidente de la república, hasta los regidores, su manutención deriva de los impuestos, lo mismo pasa con los diputados, senadores, jueces, magistrados, ministros, universidades públicas, órganos autónomos, en fin, con toda la burocracia de los tres poderes de la unión.
Los cambios de servidores públicos en los gobiernos obedecen principalmente a dos condiciones: la corrupción, o la falta de compromiso con la administración en turno.
Andrés Manuel López Obrador, mantiene a sus colaboradores más cercanos bajo la lupa del manejo transparente de los recursos públicos, lo mismo hacen los gobernadores y los presidentes municipales, el sector público maneja miles de millones de pesos en nómina y en obras.
En Sinaloa, al gobernador Rubén Rocha Moya, no le han temblado las manos para remover de sus cargos a todos los servidores públicos que según su escrutinio están fuera de la norma establecida por el proyecto de nación establecido por el presidente AMLO.
Tras los movimientos, a veces enroques o despidos de servidores públicos, las críticas no se hacen esperar, eso es natural en un mundo donde los intereses políticos y económicos van de la mano.
En el caso del gobierno municipal, especialmente en Culiacán, desde la llegada abrupta del actual presidente municipal, los cambios han sido la constante, como se esperaba, la remoción de las piezas claves como la Secretaría de Ayuntamiento, la Tesorería, y prácticamente todas las direcciones operativas fueron renovadas en las titularidades, sin embargo, casi a medio camino de la administración, el presidente municipal sigue haciendo cambios y enroques.
A muchos les llamó la atención que piezas valiosas como el titular de la Junta de Agua Potable, Jesús Higuera Laura “renunciara” a su cargo, no así la sustitución del secretario del Ayuntamiento.
Los cambios anuncian o evidencian la fiscalización de los empleados en su desempeño, también anuncian esperanza de buenos manejos y confianza con los que llegan.