Por David Uriarte /

 

Quien diría que seis meses después del susto mundial, científicos, autoridades, sobrevivientes y sociedad en general, están migrando del miedo al respeto. La excepción confirma la regla, por eso un segmento reducido de la población sigue pensando que la pandemia no existe, o que es una estrategia de los gobiernos.

Después de millones de infectados, millones de enfermos, miles de sobrevivientes o recuperados, miles de muertos, miles de huérfanos, miles de viudas, miles de desempleados, y miles de asustados, las cosas relativas a la pandemia y su impacto social empiezan a tomar otro rumbo.

El virus ha matado personas y esperanzas, también ha matado popularidades y aspiraciones políticas. La enfermedad puso en suspenso temporal la dinámica mundial, hoy después de seis meses, el mundo se sacude el polvo de la realidad y se pone de pie, México recobra su cotidianidad, Sinaloa empieza a salir del letargo y desorientación, la conciencia social converge en un sólo objetivo: la salud pública.

La mezcla de intereses a veces no es la alianza perfecta, pero se tiene que priorizar la salud, si bien es cierto que la economía es un pilar estructural del desarrollo social, esta tendrá que esperar su turno para reactivarse por bien todos.

En el transcurso de la contingencia sanitaria, han salido a relucir las mentes mezquinas y las virtudes humanas, en un contraste evidente, la sociedad se ha inclinado por las virtudes cardinales de la prudencia, la justicia, la templanza y la fortaleza, la adaptación a la nueva realidad no le es ajena a una sociedad inteligente, menos a un gobierno cuya fortaleza son sus acciones más que sus dichos.

Hay sentencias que duelen aunque estén acuñadas en la piedra de la ciencia, “se van a morir los que se tengan que morir”, el único camino sigue siendo la prevención y el uso de medidas higiénicas personales; es la nueva cultura del autocuidado, es entender que una cosa son las autoridades de salud, y otra nuestra responsabilidad.

El gobernador Quirino y el doctor Encinas, pasarán a la historia como los responsables de conducir el barco a buen puerto en tiempos de tormenta… esperemos que así sea.