Por David Uriarte /

 

El desempeño sexual se refiere a dos cosas; la capacidad de vincularse en el afecto y la capacidad de compartir erotismo. Capacidades o potencialidades hacen la diferencia entre robots y humanos, entre la mecánica y la complejidad de la abstracción.

Hay hombres que presumen de su virilidad genitalizada, o mujeres que se sienten competentes por su gran dimensión en los afectos, no se puede reducir la función sexual sólo a genitales o afectos; la función sexual amalgama necesariamente las potencialidades del género, el erotismo, la vinculación afectiva interpersonal y la reproductividad.

Con frecuencia llegan los hombres a consulta heridos de su ego erótico y las mujeres heridas de su ego afectivo, ellos eventualmente olvidan o desconocen la importancia de los afectos y ellas son prófugas del erotismo per se. Aunque la generalización no retrata la realidad, si dibuja los sesgos propios de la cultura en materia de sexualidad.

El tipo de disfunciones sexuales se asocia a la forma de ser: los hombres con buena respuesta sexual, entendiendo por buena la inclusión de todas las potencialidades y no sólo la mecánica de sus genitales, son más funcionales, lo mismo sucede en el caso de las mujeres.

La soledad es un dato importante como lo es la compañía, hay personas solas que se sienten bien, y personas acompañadas a quienes el sufrimiento es su constante. Las disfunciones sexuales buscan refugio en la academia, otras en el trabajo agobiante, otras en las adicciones a las drogas; otras en la política, otras en el mal carácter, otras en las enfermedades físicas, y unas cuantas en la terapia.

La naturaleza de cada persona la hace única, las personas con disfunciones sexuales se pueden dividir en tres grupos: las que no tienen conciencia de su disfunción, las que justifican su disfunción y las que buscan corregir su disfunción, de éstos, el grupo más grande es el primero.

Ningún tratamiento sirve cuando no hay conciencia del problema, ninguna disfunción se cura cuando se justifica y no todas las disfunciones que se tratan se curan. Deseado y usado, amado y no deseado; deseado y no amado, o ni deseado ni amado, son disfunciones sexuales frecuentes.