Por David Uriarte /

Así reza el refrán, aunque no es ley, es un aviso de cómo se darán las cosas en materia de política electoral en Sinaloa. El 2021 parece adelantar las sorpresas y ya están pidiendo navidad y regalos de día de reyes los ilusionados con gobernar Sinaloa.

Las asimetrías del verdadero poder político se verán desde el arranque, la indisciplina será la invitada especial; para unos la fuerza de los andrógenos es lo que vale, para otros, la tolerancia, la disciplina y el orden es lo que debe prevalecer. Otros le apuestan a los “amarres” con las figuras representativas en el centro del país, otros más ya traen una planeación estratégica desde hace meses con un plan de acción premeditado y una serie de asesores en cada capítulo esencial para el logro del objetivo.

Se esperan las renuncias de quienes tengan que hacerlo para cumplir con los ordenamientos de ley, otros y otras siguen esperando desde su trinchera sin dejar de trabajar ni un día, no quieren que las o los agarren con los dedos detrás de la puerta… la efervescencia política apenas empieza a levantar espuma.

Por otra parte, las supuestas rivalidades entre los que se van y los que se quedan, es una forma de ruda y eventualmente innecesaria de hacer política, sin embargo, son estilos. Sinaloa no deja de ser un estado bronco, con una subcultura del machete y de gente franca, Sinaloa arrastra una historia de contenido mundial por lo que usted quiera, tierra de abundancia con ríos samaritanos para una población desafiante.

Derivado de su cultura, los políticos sinaloenses guardan poco las formas, algunos dicen que son atravesados, lo cierto es que miran de frente, a los ojos, y no les tiembla la mano. Claro, cada quien, a su manera, cada quien con su técnica y su librito.

Donde hay opciones hay libertad, y en Sinaloa tenemos políticos ‘hijos de papi’, políticos ‘finitos’, ‘simpáticos’, ‘educados’, mujeres con amplísima experiencia, mujeres con juventud y conocimiento… Políticos viejos, reposados, con experiencia, con grandes conexiones en el mundo de las influencias, en fin, a pesar de que muchos dicen que “está flaca la caballada”, la verdad es que Sinaloa tiene un potrero con ejemplares ‘cuarto de milla’ y ‘pura sangre’.