Por David Uriarte /

¿Quién es más conocido? Cuidado con las apreciaciones, no siempre el más conocido es el más favorecido en una elección, ya quedó claro esto en las elecciones del 2018 en los candidatos a diputados federales, locales y presidencias municipales en México.

Es evidente que el conocimiento y la popularidad de Andrés Manuel López Obrador data desde el siglo pasado, sin embargo, el conocimiento y la popularidad del 80 ó 90% de sus presidentes municipales, diputados locales, diputados federales y senadores, son políticos desconocidos, esto fortalece la hipótesis de que el triunfo no lo garantiza la popularidad, la excepción confirma la regla en el caso de AMLO.

En este sentido, los clasificados y favorecidos en las encuestas como los más conocidos, corren el riesgo de ser desconocidos a la hora de la votación, puede imperar la idea o pensamiento de que –cualquiera que traiga la marca de Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA)–, es el bueno y se le adjudiquen los atributos del creador de la marca: AMLO.

Sacar de la mente de 30 millones de mexicanos la idea de un líder mejor que López Obrador, y en consecuencia la idea de que la sola postulación de cualquier aspirante por MORENA, purifica al candidato, es tarea imposible.

El Premio Nobel Albert Einstein tenía razón, “es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”, desintegrar en los 30 millones de mexicanos el prejuicio de que todo lo que sea diferente a MORENA no sirve o es corrupto, es tarea poco fácil o muy difícil para todas las fuerzas políticas de México.

Cada nombre, aspirante o candidato tiene su tribu, es decir, sus simpatizantes o creyentes cuyo convencimiento es la garantía de un voto “cautivo”, sin embargo, si no hay efecto multiplicador los números no alcanzan, por lo tanto, de nada sirven las potencialidades político-sociales de muchos líderes si la representación no se da por la vía de la mayoría matemática.

Dos tareas evidentes para la oposición en el próximo proceso electoral: convencer a la tribu o seguidores de AMLO de que hay mejor oferta política, y engrosar las filas de su propia tribu. Restando y sumando, pueden tejer su triunfo electoral.