Por David Uriarte /

El esnórquel es un tubo que sirve para suministrar aire a algo o a alguien, en este caso, el tubo de respiración para el PRI son las elecciones de Coahuila para relevar al Congreso y en Hidalgo donde se renovaron las alcaldías.

Mientras el presidente López Obrador dice que triunfó la democracia, el encargado de MORENA dice que hubo fraude, estas son las caras de la misma moneda.

Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, el famoso “Alito”, presidente nacional del PRI, amaneció con una sonrisa parecida a la del presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en Sinaloa, Jesús Antonio Valdés Palazuelos.

El PRI tiene dos opciones: seguir viendo el juego, o ver el juego y los jugadores. En este sentido, MORENA también tiene dos opciones: seguir viendo a los jugadores, o ver a los jugadores y el juego.

Todo es importante en el destino de un país, pero disponer la mayor parte de energía para juzgar a los jugadores, implica descuidar el juego.

En México se puede contar con éxito el número de exfuncionarios y políticos que están señalados, investigados y detenidos, eso le gusta a la gente, eso mantiene la esperanza en el cambio, pero en la práctica debilita lo sustantivo de la gobernabilidad: el bienestar social.

Los flashazos y relumbrones protagónicos cuando se detiene a un exgobernador o exfuncionario de la talla de Emilio Lozoya, y no se diga de la talla del exsecretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, dejan encandilados a todos pero al final del día, la seguridad, la salud y la economía no mejoran; ese es el juego que se descuida.

No se trata de “quítate tú para ponerme yo”, se trata de resolver lo básico, lo fundamental de una sociedad como la nuestra, una sociedad que vive en la incertidumbre de su seguridad, en la incertidumbre de un sistema de salud que no garantiza medicinas para niños y adultos con cáncer; un sistema de salud que cerrará el año con más de cien mil muertos por la pandemia, una economía que según los expertos durará años en reponerse.

Este es el juego al que hay que ponerle atención, sea quien sea el que gobierne, el estómago, el bolsillo y la salud no reconocen colores, sólo sienten.