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Por David Uriarte /

Si las cosas se cuentan para compararse, describirse, o juzgarse ¿Cuántos muertos hay que contar para completar la cuota de sangre en esta etapa de violencia e inseguridad? Los números son fríos como fríos son los sepulcros donde descansan los restos humanos de aquellos que perdieron la vida como parte de la cuota de sangre en esta guerra sin sentido.

Detrás de cada noticia que involucra una vida perdida por las balas rociadas como parte de la pugna entre grupos rivales, o resultado de enfrentamientos entre civiles armados y las fuerzas armadas.

Hay una tragedia difícil de describir con palabras, son emociones y sentimientos que van más allá de la tristeza o la desesperanza ¿Cómo explicarle a un niño de cuatro o siete años que pasa a la categoría de huérfano? ¿Cómo asume una mujer su nueva categoría de viuda? ¿Cómo incorpora a sui vida, una madre que pierde a su hijo?

Muchas voces se refugian en la idea de buscar, difundir, o promover las buenas noticias, hablar de los deportes, la cultura, la ciencia, las habilidades humanas, en fin… temas blancos, la idea es buena, refleja un segmento de población ocupada en otros menesteres donde la cuota de sangre no ha llegado de forma directa o indirecta, sin embargo, tampoco se pueden cerrar los ojos de la conciencia para darles voz a quienes ahogados por el dolor no pueden hablar.

La mejor manera de entender a una madre es tener hijos, la forma de entender a una pareja, es tener pareja, la forma de entender el sufrimiento ajeno, es padecerlo, lo más cercano a ello es la empatía emocional y cognitiva.

La empatía emocional es entender los sentimientos en las perdidas, y la empatía cognitiva, es saber a través de la razón, los alcances de las perdidas afectivas, es la intelectualización de los problemas personales o ajenos.

La cuota de sangre se puede extender y tocar los hogares menos imaginados, las familias y personas menos pensadas, detrás de las imágenes de sangre vistas o imaginadas, hay una historia difícil de contar, difícil de creer, difícil de superar, historias que suman muchas hojas donde el resumen es pérdida, sufrimiento y duelo.

La cuota de sangre por más pequeña que sea es cara para la sociedad y la familia, el tiempo es la carretera por donde se desplaza la incertidumbre y se pasea la muerte en busca de sus próximas víctimas.

Ya es hora de revertir la cuota y convertirla en paz y seguridad.