Imagen: Resultados de la encuesta de abril de 2021, de Consulta Mitofsky.

Por David Uriarte /

La estadística es una cosa y la aritmética otra, aunque para ambas se necesitan las matemáticas. Hay casas encuestadoras de prestigio y otras no tanto, el asunto es aclarar lo siguiente, los resultados de las encuestas representan dos cosas: una proyección basada en el tamaño de la muestra y una confianza metodológica.

La metodología sólo revela las condiciones del momento, de alguna manera es una fotografía del momento, es una toma de la escena de la película; por eso las tomas subsecuentes pueden ser diferentes y las tomas finales pueden ser diametralmente opuestas a las primeras.

A esto se debe la desconfianza de la población, incluso de los políticos que no alcanzan a entender cómo es posible que si en las mediciones anteriores estaba bien posicionado a la hora de las elecciones los resultados no concuerdan, o bien, si en las primeras mediciones lo ubicaban en tercero o cuarto lugar de la competencia, como fue posible que ganara.

Los procesos electorales son como las fiestas, la fotografía de las ocho de la noche es diferente a la de las diez, y diferente a las de las doce… y no se diga a la hora de terminar la fiesta. Lo mismo les ocurre a las encuestas, al inicio del proceso el posicionamiento es uno, a medio proceso es otro, y el día de la elección son las sorpresas.

En resumen, las encuestas metodológicamente estructuradas no fallan, lo que falla es su temporalidad, es decir, una encuesta mide ciertas variables en un momento, por lo tanto, no se puede inferir que sus resultados se sostendrán al tiempo.

La metodología que incluye validez y representación de la muestra siempre tiene un margen de error relativo, sin embargo, existen publicaciones que suponen encuestas sin serlo, son arreglos publicitarios utilizados con frecuencia y con sesgos que favorecen al cliente, son trajes a la medida que no soportan el juicio de la realidad.

Se pueden concluir dos cosas: primero, que la metodología funciona y las inferencias son cercanas a la realidad cuando hay rigor metodológico; segundo, que a pesar del rigor metodológico, una encuesta no puede garantizar su validez y confiabilidad por mucho tiempo, más cuando mide intenciones.