Una de las mejores diversiones es el cine, disfrutar de grandes historias, personajes enriquecedores y diálogos memorables, son sólo algunas de las razones por las cuales el cine es ponderado como uno de los grandes logros del arte. Una película que logra capturar la esencia del cine, con sus diálogos visuales, sus sombras y luces, además de una historia conmovedora, dura y profundamente sensible es “La tumba de las luciérnagas” producida por el laureado estudio Ghibli dirigido por Isao Takahata.

La tumba de las luciérnagas’, la gran obra maestra de Isao Takahata

El guión está basado en un libro de Akiyuki Nosaka, un texto autobiográfico, que versa sobre la guerra sus horrores, así como del poder y nobleza del ser humano.
La historia nos narra la vida de Seita, niño de trece años, y su hermana Setsuko, de cinco, quienes gracias a una serie de eventos desafortunados tienen que enfrentarse a la realidad de una guerra que los alcanzó salvajemente arrebatándoles a su madre para dejarlos en la zozobra.

Su padre un militar naval, se encuentra lejos. Setusko intenta hacerse cargo de su hermana, y se instalan en la casa de una tía quien amargada por la situación y la guerra no es una mujer muy hospitalaria, lo que arroja a los niños a la calle, a buscar refugio lejos de familia y desterrados de casa. La historia está extremadamente bien lograda, las sombras, luces y animaciones espléndidas de este filme, tocan las fibras más profundas del espectador. La ternura, la niñez, alegría, inocencia y libertad plasmadas en esta película, nos recuerdan el sabor de una lata de caramelos, la sorpresa ante la maravillosa naturaleza y el poder del espíritu del hombre ante circunstancias completamente adversas. Vale la pena verla.
Esta película puedes encontrarla en Internet en la plataforma de Youtube, es una estupenda opción para disfrutar en familia, aunque ojo, no es demasiado apta para niños menores de 10 años.