Por David Uriarte / 

Ayer, domingo, por la tarde falleció el médico cirujano Francisco Bravo Gallardo, después de un mes de estancia hospitalaria su cuerpo no resistió más.

Jubilado del IMSS, retirado de la práctica profesional y amante del motociclismo, el médico disfrutó de su última aventura hace escasos tres meses en la ciudad de Durango donde compartió con sus amigos del club “Motosport”, departió con su yerno unas botellas de vino tinto y con la tranquilidad que lo caracterizaba se fue a descansar a su habitación, esa fue su última aventura en el hobby que más le apasionaba.

Días antes de su hospitalización en una clínica privada donde también era socio, compartía el café y eventualmente el desayuno con sus amigos motociclistas en el restaurante “Los portales”; ahí lo esperaba el famoso “Chapala”, otro motociclista cuya característica es su capacidad para descansar, un septuagenario que a pesar de su edad, todos los días se sube a su moto y gran parte de la mañana se la pasa tomando café y viendo pasar el tiempo en “Los portales”, por la calle Paliza a un lado de la plazuela… Se ha convertido en un ícono de Culiacán, si alguien lo quiere ver o saludar, ya sabe dónde encontrarlo.

El cariño de amigos y familiares al doctor Francisco Bravo, se dejó ver hoy desde muy temprano, donde llegaron a la funeraria ubicada por el boulevard Emiliano Zapata, su esposa, hijas, yernos, motociclistas, y algunos colegas médicos. Llamaron la atención dos extraordinarias coronas: una de Rubén Rocha Moya, su consuegro, y otra del club de motos “Motosport”.

La misa es hoy a las dos de la tarde y después la cremación de sus restos. Sino todos los días, sí cada semana la sociedad médica de Sinaloa pierde a uno más de sus miembros, hombres y mujeres que en su gran mayoría están falleciendo víctimas del virus Sars-Cov2; es cierto que no todos los trabajadores de la salud fallecen por el virus, pero sí en tiempos del virus.

La conjunción de condiciones y circunstancias hacen que muchas personas se reencuentren de manera presencial o virtual en los velorios, hoy nos reunió en una funeraria la ausencia de un ser humano cuya profesión promovió la vida y la salud.