Por David Uriarte /

Hay muchas maneras de sufrir, una de ellas es atarse al pasado, a los dichos, los hechos, pero principalmente a los significados de la historia personal.

Así como hay especialistas en casi todas las áreas de la vida, también los hay en sufrimiento… expertos en despertar la imagen o el recuerdo que igual pudo ser en la niñez, la adolescencia, la juventud o la vejez; en el rol de hijo, de pareja, de empleado, de alumno, de padre.

Especialistas en mantener la puerta del pasado abierta y los significados de la historia como aguijón amenazante todo el tiempo.

¿Quiénes sufren más, los hombres o las mujeres? Estadísticamente las mujeres expresan más sus sentimientos y en consecuencia tocan más la puerta de la ayuda psicológica; el sufrimiento de los hombres toma rutas distintas como las adicciones, el aislamiento, el silencio, la agresión y la violencia.

La parte del cerebro donde se guardan los recuerdos vinculados a las emociones llamado hipocampo, es más sensible en las mujeres y en consecuencia les toca la conciencia de manera intrusiva, esto significa que se acuerdan de hechos o dichos aunque ellas no lo deseen.

Hay mujeres que sufren por cosas ocurridas en cualquier momento de sus vidas, mujeres con relación de pareja de 20, 30, o más años que siguen recordando eventos traumáticos desde antes de vivir en pareja. Mujeres de 50, 60, o más años de edad cuyo sufrimiento está enraizado, el cuidado parental desafortunado para ellas, o un noviazgo donde los rescoldos del sufrimiento no se apagan… no se diga en una vida de pareja donde el cerebro se resiste a olvidar cosas insignificantes para otros y frustrantes para ellas.

Resentimiento, coraje, frustración, impotencia, tristeza, desespero, incertidumbre, sentimientos y pensamientos que atormentan y atribulan la existencia cuyo resumen es el sufrimiento; estas personas tienen conciencia y saben que la causa de su malestar está en el pasado, un pasado remoto con una sucursal en el presente, un presente revivido con mucha frecuencia, mucha intensidad y mucha duración.

Deshacer los significados a través del perdón o resignificar el pasado es la clave terapéutica del sufrimiento.