Por David Uriarte /

A poco más de un siglo que Iwan Bloch, médico alemán usara el concepto de “sexualidad” y organizara el primer Congreso Internacional de Sexología en Berlín en 1921, México sigue obteniendo los frutos de las personas estudiosas de la sexualidad.

No hay duda que la pionera en el estudio de la sexualidad humana en México es Esther Corona, fundadora de la Asociación Mexicana de Educación Sexual en 1972 (AMES), fueron los primeros esfuerzos en la educación sexual en México; en 1979 Juan Luis Álvarez Gayou funda el Instituto Mexicano de Sexología dando paso a la investigación y la educación formal.

Merecimiento especial merece Eusebio Rubio Aurioles, quien a principio de los ochentas promueve un modelo sistémico para el estudio de la sexualidad humana, en 1995 el doctor Eusebio funda y preside la Federación Mexicana de Educación Sexual Sexología, y en junio de 2005 se convierte en Presidente de la Asociación Mundial para la Salud Sexual, antes Asociación Mundial de Sexología, actualmente director científico y académico del doctorado en sexualidad humana de la Universidad Nexum de México.

Las expresiones, pensamientos y comportamientos sexuales en México han tocado fibras sensibles en una sociedad impregnada por la influencia judeo-cristiana, es ahí donde la educación integral de la sexualidad cobra vigencia, en el ámbito jurídico redireccionan sus criterios y temas como el aborto, los embarazos adolescentes, la anticoncepción de emergencia, el matrimonio igualitario, los derechos de las personas transexuales y todos los derechos sexuales derivados de los derechos humanos se empiezan visibilizar.

De alguna manera, después de casi 50 años de que Esther Corona, Juan Luis Álvarez y Eusebio Rubio, inician un proceso de sistematización del conocimiento de la sexualidad, México empieza a resignificar conceptos de la educación y la salud sexual. La Federación Mexicana de Educación Sexual Sexología (FEMESS), articula esfuerzos de los programas nacionales e internacionales, de las asociaciones estatales, y de los grupos interesados en una educación científica y una sexualidad sana.

Es tiempo de resignificar.