Existe un proverbio chino que dice: Si tienes un problema que no tiene solución, ¿para qué te preocupas? Y si tiene solución, ¿para qué te preocupas?

Generalmente las situaciones que se van presentando en nuestra vida nos afectan, mucho o poco, dependiendo de cómo nos estamos sintiendo en ese momento, es decir, la importancia que le damos a un problema reside, muchas veces, en cómo esta nuestra vida en las diferentes áreas, pero habría un aspecto más a considerar: el tiempo.

Normalmente, cuando se presenta alguna situación que me hace enojar o me hace sentir triste, comienzo a preguntarme si esa situación va a ser importante en X cantidad de tiempo, ¿6 meses? ¿1 año? ¿5 años? La mayoría de las veces la respuesta es no. Eso que en este momento me duele o me molesta no será importante en esa cantidad de tiempo. Obviamente hay situaciones más graves que probablemente me afectarán durante más tiempo, lo quiera o no.

El problema no es el problema, el problema es tu actitud hacia el problema

Un factor más que influye en la importancia de un problema es si depende o no de mi. ¿Alguna vez has leído un comentario en internet que te ha molestado? Supongo que a todos nos ha pasado por lo menos una vez en la vida, o ¿te has molestado por la manera en que su pareja trata a alguno de tus amigos o familiares? También me parece bastante probable que conozcas a una persona que esta en una relación donde no lo tratan como tu crees que se merece. Aquí es cuando entra la siguiente pregunta ¿está en mis manos cambiar lo que me molesta? Si la respuesta a esto es no, me enfoco en el hecho de que no depende de mi y que por lo tanto no me corresponde enojarme o preocuparme demasiado tiempo. Siguiendo el ejemplo de la pareja: supongamos que mi mejor amiga es novia de un tipo que le revisa el celular, desconfía de ella y cuando salen encuentra algo con que reclamarle; obviamente me voy a sentir enojada cuando mi amiga me cuente lo que sucedió, es normal enojarse al escuchar que una persona a la que quiero esta en una relación así. La realidad es que mi amiga va a seguir con esa relación el tiempo que ella decida, yo solo puedo tener la esperanza de que no pase nada grave o que pueda dañar de forma permanente a la persona que quiero; además no me corresponde a mi tomar la decisión de seguir o terminar la relación.

Y el tercer aspecto que tomo en cuenta es la actitud que tengo hacia la situación que se presentó, citando a Jack Sparrow: “el problema no es el problema, el problema es tu actitud hacia el problema”. Hay solo 2 actitudes que puedes tomar cuando hay un problema (que sí está en tus posibilidades solucionar), la primera es hacerte la víctima, o sea, buscar culpables, poner excusas y darle vueltas al problema en lugar de intentar resolverlo; la segunda es una actitud proactiva, implica buscar posibles soluciones para la situación y elegir la que nos parezca mejor.

Con todo esto no quiero decir que no te vas a enojar nunca por cosas que no estén directamente relacionadas contigo, sino que hay un modo para que algunas cosas no te preocupen tanto o no te molesten tanto. Recuerda que es normal expresar tus emociones, pero hay que reconocer que hay cosas más importantes que otras y por lo tanto tu enojo o tristeza tendría que ser proporcional a la situación.