Por David Uriarte /
El partido en el poder tiene militantes y simpatizantes con raíces políticas interesantes, en Sinaloa como en todo México, el poder político es un fenómeno con brillo propio, esto ilumina el pensamiento de las nuevas generaciones y convierte el sueño en realidad para las viejas generaciones cuya militancia siempre fue de izquierda.
La metamorfosis de la izquierda en México, pasó por una criba donde se fueron quedando en el camino los recalcitrantes, los negociadores con el sistema, y los mercenarios de la ideología;i se quedaron aquellos que encontraron en su líder un camino a seguir, desde la separación o división del PRD, el rumbo de la izquierda aglutino en gran manera a simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, los creyentes de AMLO no se equivocaron y llegaron triunfantes a la meta en el 2018.
En un primer momento, cuando el triunfo marginal de Felipe Calderón, la fe, esperanza, y simpatía de los seguidores de López Obrador direcciono el movimiento político al triunfo, fue la suma de errores del partido en el poder y la fortaleza de la oposición en ese tiempo lo que inclinó la balanza para detonar el triunfo de la izquierda en México.
Como lo accesorio sigue a lo principal, los estados se impregnaron de la suerte política, la derrota contundente del PRI, PAN, y PRD en el 2018, marco el principio de su fin, renació la izquierda con siglas nuevas, pero con memoria histórica, estas circunstancias movieron intereses de nuevas y viejas generaciones de políticos.
En Sinaloa aparecieron dos tipos de morenistas: los interesados y los comprometidos, los interesados tienen una inteligencia convenenciera, buscan colocarse en la mira de los liderazgos locales, entregan su capital político a cambio de la permanencia en la jugada política para competir por una cuota de gobierno o de representación.
Los comprometidos son producto de sus convicciones de izquierda, no se necesita militar en ningún partido para tener conciencia de clase, son personas que encontraron en MORENA el espacio para retozar sus convicciones.
Parece que son más los arribistas interesados que los miembros y simpatizantes comprometidos, también es cierto que MORENA necesita de alguna manera, neutralizar los liderazgos naturales de los partidos tradicionales, para sumar a sus filas, pero más a las urnas, los votos necesarios para arrasar en la próxima contienda electoral.