Visiblemente conmovida, no pudo contener las lágrimas al recibir la lluvia de aplausos y las palabras de afecto de los médicos y enfermeras que la habían atendido. “¡Sí se pudo!”, coreaban y exclamaban palabras de ánimo. “¡Sí pudiste!”, le dijo su hijo quien se encargó de empujar la silla de ruedas en una salida llena de gozo y esperanza.

Emocionada la paciente agradeció las atenciones recibidas y sus familiares expresaron su felicidad al poderla tener en casa nuevamente donde continuará su aislamiento por cuarenta días, sobre todo ante la proximidad del Día de las Madres.

“Volví a nacer”, fueron sus primeras palabras al ganar la batalla al COVID-19. Iris Imelda Gallardo Rivas miró agradecida a quienes habían salvado su vida, y después de intercambiar una sonrisa de gratitud, volvió los ojos a su hijo. Efectivamente había vuelto a nacer.

Después de presentar malestar general, dolor de cabeza, tos y fiebre alta acudió al hospital el 22 de abril con sospecha de COVID-19. Estuvo internada dos semanas en el Hospital General de Culiacán “Dr. Bernardo J. Gastélum” y su caso fue confirmado.

Su estado era delicado aunado a los factores de riesgo: la edad y una hipertensión esencial primaria o idiopática. Así permaneció esta paciente de 62 años, luchando por su vida y recibiendo los cuidados de médicos y enfermeras durante su estancia hospitalaria.

Incluso sufrió un proceso que se produce en raras ocasiones en pacientes por COVID-19: la llamada “tormenta de citoquinas”. Se trata de una hiperactivación del sistema inmune que se da raras veces y puede perjudicar al paciente de forma excepcional.

Las citoquinas son pequeñas proteínas liberadas por diversas células corporales e incluyen las que coordinan la respuesta del organismo ante patógenos mediante la inflamación. Las citoquinas dirigen a las células inmunitarias al foco de la infección. Sin embargo, este sistema de protección es tan eficaz que puede llegar a sobrepasarse. Por ejemplo, cuando el virus del COVID-19 penetra en los pulmones, las citoquinas dirigen a los anticuerpos a este lugar, donde lucharán contra el patógeno produciendo una inflamación local. “Sus pulmones estaban como queso, muy mal ya. Volvió a nacer prácticamente”, afirmó su hijo médico de profesión.

Sin embargo, su sistema inmune se equilibró de manera funcional y hoy le sonríe nuevamente a la vida pues le ganó la batalla al COVID-19. “La verdad el protocolo que llevan en el Hospital General de Culiacán es buenísimo, en poco tiempo llevaba mucha mejoría. Estuvo muy bien atendida con los medicamentos adecuados y ya no tuvo más complicaciones”, refirió su hijo.

El consejo de Iris Imelda a los contagiados es confiar en Dios y en los médicos y enfermeras del Hospital General de Culiacán para superar una enfermedad que llegó sin previo aviso. “Estoy recuperada”, aseguró la paciente, quien continuará su plena recuperación del coronavirus en su hogar pero en cuarentena. Iris Imelda es enfermera y forma parte del comité directivo de la Sección 44 de Trabajadores de la Secretaría de Salud.

“Esto es un milagro”, dijo su hijo, el Dr. José Ángel Espinosa Gallardo, responsable del área de enfermedades respiratorias, influenza y tuberculosis en el Centro de Salud Urbano de Culiacán. “Fueron días muy complicados”, confesó.

Recuerda que lo más difícil fueron los primeros días pero la atención fue de calidad y se le estuvieron suministrando los medicamentos y la hipertensión estuvo controlada. “A pesar de verla tan delicada nunca perdí la confianza, siempre creí que podía recuperarse y vencer el virus porque mi mamá es una guerrera”, comentó. “Ella está bien gracias al buen trato intrahospitalario, al adecuado medicamento suministrado y a la ayuda de nuestro Dios, le doy mil gracias a los doctores y a las enfermeras que estuvieron siempre con la mejor disposición y conocimiento para su recuperación”, dijo.

“La gente necesita esperanza y mi mamá es un ejemplo de vida, deben saber que el COVID-19 tiene solución. Pero no abandonen a sus familiares en el hospital, no los dejen a su suerte”, expresó al insistir en que la sociedad debe acatar las medidas de prevención y la sana distancia.

“Crean en esta enfermedad que de un día a otro te cambia la vida por completo, tengan respeto al virus ya que se complica en un abrir y cerrar los ojos. Hoy queremos reiterar nuestro agradecimiento a Dios y a los médicos y enfermeras del Hospital General de Culiacán que en todo momento dieron su tiempo y conocimiento para que su recuperación fuera pronta y exitosa”, concluyó Espinosa Gallardo.