Por David Uriarte /
Todos los días hay algo que festejar, conmemorar o recordar, hoy se festeja a las personas cuyo trabajo es una mezcla de misticismo, vocación y apostolado: las enfermeras.
Cuidar a otras personas resulta agradable cuando se vive con la vocación del servicio al prójimo, las enfermeras tienen una motivación que solo ellas entienden y disfrutan.
Siempre, pero en tiempos de pandemia más, el cuidado a los pacientes resulta el talón de Aquiles y la diferencia a veces entre la vida y la muerte, una palabra de aliento, un toque de esperanza, una muestra de seguridad y protección es lo que necesita el enfermo para recobrar su espíritu de lucha y sobrevivencia, y eso lo da la enfermera.
Desde el punto de vista psicológico, la enfermera y su cuidado, representan el apego materno, la relación entre la indefensión y la protección, la mano protectora que levanta los ánimos del enfermo y atempera dolor y sufrimiento.
Lo menos que puede hacer la sociedad en reconocimiento a la vocación de la enfermera, es decirles gracias, dedicarles tiempo en la conciencia personal y social; arrodillarse ente la grandeza de una vocación sanadora y brindarles calor solidario ante su cansancio físico y emocional en esta pandemia.
Trabajo de equipo es el ministerio de salud, mientras el medico evalúa y prescribe el tratamiento, la enfermera se asegura de dar cabal cumplimiento a las instrucciones del médico y confianza al enfermo, es la zona fronteriza entre la medicina y el enfermo; entre el tratamiento y la esperanza de curación, entre las notas frías del médico y el calor humano que cura al paciente… la enfermera es más que un instrumento útil y hábil, es el remanso de paz que necesita el enfermo en momentos de crisis.
Hoy hagamos un sincero reconocimiento, cada quien, desde su trinchera, no es necesario estar en una cama de hospital o convaleciente de una enfermedad para valorar la grandeza de las manos que curan con el bálsamo del amor a la profesión.
La motivación que levanta de la cama a la enfermera y la mantiene despierta en la madrugada, es el valor de la salud, saberse útil e indispensable en el trance obscuro de una salud lastimada. Todos los días son días de la enfermera, hoy sólo lo resaltamos.