Por David Uriarte /
Héctor Melesio Cuén Ojeda es hombre de palabra, por eso asume conductas o cumple su palabra, aunque las condiciones no sean las ideales, las esperadas, o las mejores para su persona y su proyecto. Las alianzas no siempre funcionan y cuando funcionan no siempre cumplen las expectativas, sin embargo, cuando Cuén empeña su palabra es un cheque al portador.
Para nadie es noticia la sinergia del PAS-MORENA en el proceso electoral pasado donde se renovaron las sillas del Gobernador, presidencias municipales, diputados federales y locales; en esa amalgama política Cuén-PAS-MORENA, la diferencia de votos en el triunfo del Doctor Rubén Rocha Moya, frente a Mario Zamora Gastélum, es el liderazgo del hoy Secretario de Salud en Sinaloa, y hasta hace unos días jefe de las huestes políticas del PAS.
Hasta este punto las cosas son claras y evidentes, lo que no es claro y menos evidente, es la aceptación de Cuén a formar parte del aparato burocrático del gobierno de Rocha. Nadie o pocos dudan del conocimiento, habilidad, destreza y vocación social de Cuén… Que más prueba que lidiar con la tercera Universidad más grande de México: la UAS.
La posible equivocación de Cuén no se sustenta en la solución de los problemas laborales que enfrenta el sector salud, o los problemas de infraestructura, o el manejo de la pandemia, a Héctor Melesio le da para eso y más. Su capacidad de negociación se pondrá de manifiesto en los primeros cien días de gobierno, el asunto de fondo es lo político-político, o político electoral; en esta etapa de su vida, Cuén tiene una asignatura pendiente con él mismo: el Senado y/o la Gubernatura.
La capacidad de convocatoria de Cuén hará del sector salud una punta de lanza para elevar la calidad de vida de los sinaloenses, pero el tiempo que le dedique a las actividades sustantivas del sector salud será irremplazable para sus aspiraciones del 2024 y 2027.
En automático el gobierno de MORENA que preside el Doctor Rocha, le amarra las manos a Héctor Melesio Cuén para que no se desplace por la carretera de sus deseos políticos y vocación social, es posible que no se conforme con la galleta y quiera el pastel.