Por David Uriarte /
A tres años del relevo político en México, a muchos priistas se les olvidó su origen, es decir, hoy manejan un discurso más morenista que los propios morenistas.
Aquellos priistas que su credo era la fortaleza de su fe en un partido político cuya solidez auguraba temporalidad eterna, hoy cambiaron sus ideales y como cambiarse una prenda íntima se enfundaron en los principios e ideales de MORENA.
Hoy como senadores, diputados federales o locales, gobernadores, presidentes municipales, o empleados del gobierno federal, estatal o municipal, ofrecen su mejor actuación más que política; histriónica.
Como si se tratara de un guión de novela o comedia, los antes priistas hoy morenistas, repiten el discurso protagónico cuando antes su discurso era antagónico, no importa el papel, lo que importa es estar en elenco de la marquesina política exitosa.
Es un fenómeno para su estudio el lenguaje no verbal de los priistas amnésicos. Antes, cuando ser priista era pertenecer a una casta de élite, el discurso iba acompañado de una mirada profunda, certera, por no decir fulminante… hoy, dicen lo que dicen, pero no ven a los ojos de sus interlocutores, puede ser por vergüenza (por qué no), o por desconexión del dicho con el sentimiento.
Es fácil decir pero no es fácil sentir, por eso, cuando el lenguaje del priista ‘empanizado’ con la harina morenista, tiene que salir a defender al jefe supremo, lo hace desde el interés por conservar la chamba y su vigencia política, no importa a qué precio.
El olvido es propio de las enfermedades neurológicas degenerativas en los adultos, la demencia se acompaña casi siempre del olvido, pero en este caso, no hay demencia, sólo olvido de la identidad, de quién se es políticamente, o a lo mejor, de quién creían que eran.
Cuando un priista de origen, hoy en las filas de MORENA como jornalero de la democracia y el servicio público dice, “nuestro Presidente esto o aquello”, se pueden pensar muchas cosas, entre ellas, ¿Qué rápido le llegó la amnesia? O ¿Realmente cree lo que dice? O ¿Qué le pasó a esta persona que ayer denostaba lo que ahora alaba?
Hoy enfrentamos otra pandemia: la de la amnesia de algunos priistas.