Por David Uriarte /

La solución civilizada y legal es meter a la cárcel a los adversarios políticos, en otras latitudes, la solución es desaparecerlos o matarlos.

La lista de políticos incómodos la encabeza Jesús Estrada Ferreiro, un político aguerrido, un abogado postulante, reconocido por su experiencia en el servicio público, un conocedor de las leyes y los procedimientos de defensa jurídica en los ámbitos locales y federales, él y su equipo de abogados han destrabado uno a uno los escollos que han empantanado el proceso, todo indica que le asiste la razón, sin embargo, para cuando esto se demuestre, los tiempos ya superaron la oportunidad de su regreso a su encargo.

En la lista aparece Luis Guillermo Benítez Torres, el Químico Benítez, también se puso quisquilloso y también fue bajado de la nave del gobierno municipal, no dimensionó la fuerza y poder de la maquinaria oficial, hoy se le ve por los pasillos de los juzgados con unas facies demacradas, con la vista perdida, meditando en su pronóstico político y personal.

No podía faltar en la lista Héctor Melesio Cuén Ojeda, personaje que le engordó el caldo al gobernador en su campaña, servidor público que encabezó la Secretaría de Salud en los momentos más álgidos de la pandemia, hombre ladino que se atrevió a desafiar la disciplina de su jefe y fue inmediatamente acotado, hoy es objeto de persecución junto con su familia.

La lista se robustece con personajes como el rector de la UAS, Jesús Madueña Molina, puede acumular tantas carpetas de investigación que hace parecer que enfrentará como “el Chapo” Guzmán, cadena perpetua, eso sí, estará en libro de los récords Guinness como el primer rector encarcelado en un gobierno morenista.

Suerte similar puede correr el abogado general de la UAS, Robespierre Lizárraga Otero y algunos de los colaboradores como Alfonso Carlos Ontiveros Salas, el equipo de abogados encargados de la defensa de la autonomía de la UAS.

La lista de los posibles huéspedes de la cárcel incluye a los integrantes del comité de compras encabezada precisamente por el rector Jesús Madueña Molina.

La fortaleza de las carpetas de investigación pueden ser rumores, o lo más cómodo, una supuesta “denuncia anónima”, en la detención de Ovidio Guzmán dijeron, -al hacer un recorrido de rutina a las 2 de la mañana, se observó a personas sospechosas, etcétera, etcétera. –

El poder es el poder.