Por David Uriarte /

En todos los ámbitos de la vida, la crítica sin sustento sólo revela ignorancia, dolo o envidia. Criticar a las personas se vuelve un deporte en la mente de quienes son poco reflexivas, en las mentes perversas, o en las mentes que no toleran el éxito en carne ajena.

Una cosa es criticar y otra evaluar, comparar, describir o medir; cuando existe el sustento o los elementos duros como evidencia, la crítica se vuelve una oportunidad para la toma de decisiones.

En una comparativa social, las críticas y alabanzas al presidente de la república se polarizan. Andrés Manuel López Obrador recibe aplausos, bendiciones y parabienes de aquellos que ven en sus acciones un beneficio personal o social.

Sin embargo, la crítica, reclamo o repudio al presidente y sus acciones, viene de aquellos que ven un rumbo peligroso para el país y su economía, principalmente de la clase política y empresarial.

La relación matemática de políticos y empresarios, entre trabajadores y desempleados, tiene una proporción como de ocho a dos, es decir, por cada dos políticos o empresarios, hay ocho trabajadores o desempleados. Esta ecuación hace que el ruido mediático de los necesitados supere las posturas ideológicas de los políticos y empresarios.

Los empresarios y políticos temen perder, y los trabajadores y desempleados quieren ganar, por eso, poco a poco las cosas en México se están volviendo tensas, están subiendo de tono y no son pocos los que avizoran un cambio de rumbo en las políticas públicas y en la vida democrática del país.

Hay temor de que México se vuelva un Venezuela, pero también hay prisa, ganas, y sed de un modelo diferente en las políticas públicas.

Son momentos de evaluaciones y comparaciones de datos duros, por ejemplo, mientras la economía, la educación y la salud se fortalezcan, no hay nada de qué preocuparse… pero si la economía se derrumba por una inflación galopante, o la moneda de devalúa frente al dólar; el modelo de salud se deteriora por la falta de insumos y el modelo educativo pierde su razón de ser, entonces sí, cuidado.

Dejemos de criticar, mejor observemos la tendencia y preparémonos para todo.