Por David Uriarte /

Muchas cosas pueden pasar en estas semanas y meses de contingencia sanitaria, pero dos serían más que catastróficas: mandar las fuerzas de Seguridad Pública y a las de Salud a descansar por causa de fuerza mayor.

Hay un ACUERDO por el que se establecen los criterios en materia de administración de recursos humanos para contener la propagación del coronavirus COVID-19, en las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, publicado el 23 de marzo de este año donde se establece que los adultos mayores de 60 años, personas con discapacidad, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia; y personas con enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, hipertensión,  enfermedades pulmonares, del hígado, metabólicas, obesidad mórbida; insuficiencia renal, lupus, cáncer, enfermedad cardiaca, entre otras, deberán permanecer en su domicilio.

En todas las corporaciones policíacas hay mujeres en proceso de embarazo o lactancia, mujeres y hombres con factores de riesgo; si a esto le agregamos la naturaleza de su trabajo que consiste en cubrir el territorio asignado con jornadas extenuantes, a veces de 24 por 24 horas, esto garantiza un atentado contra su sistema inmunológico. Debemos recordar que ser policía no significa ser de hierro, en Nueva York, más de tres mil policías enfermaron y otros tantos están en cuarentena.

Una sociedad sin policías es una sociedad a merced de los impulsos primitivos, una sociedad condenada al caos y desorden de todo tipo. Por otra parte, en el supuesto de que el personal de salud se contamine, se aísle, o se enferme, ¿Quién atiende a los enfermos?

El personal médico como el personal de seguridad pública, son de carne y hueso como el resto de la población, incluso, con mucho mayor riesgo de enfermar que el promedio de la sociedad. Reflexionemos sobre las probabilidades matemáticas de que estos supuestos ocurran con los héroes de la seguridad y la salud pública, y las consecuencias sociales de ello.

Que las instituciones de seguridad pública y de salud no estén en el acuerdo por ser esenciales, no garantiza que sus miembros no se enfermen.