Por David Uriarte /

El proceso de embarazo requiere de 38 semanas, si se adelanta el nacimiento entonces será un prematuro o un pretérmino, es decir, todo proceso requiere un tiempo determinado.

En el caso de Andrés Manuel López Obrador, el proceso de maduración de su proyecto duró más de diez años, así son los tiempos en lo político. En Sinaloa, la fecundación del proceso de la gubernatura puede ser que ya se haya dado, mujeres y hombres andan inquietos, aquí el asunto no es la paternidad sino evitar un aborto y promover un nacimiento maduro o a término.

Las mujeres reclaman a su manera, con ese toque sutil, con el sello de la crianza propia del género nutricio, inteligente, subjetivo, y lleno de emociones cual arco iris incluyente de toda la gama de colores.

En el caso de los hombres, todos o casi todos asumen dos cosas; experiencia e idoneidad. La experiencia tanto administrativa como representativa es la fuerza fecunda de los pretensos a la gubernatura sinaloense, todos los ex: diputados locales, federales, senadores, regidores, presidentes municipales, presidentes de partidos.

Y los actuales: regidores, presidentes municipales, diputados locales, diputados federales, senadores, presidentes de partidos; y todo aquel que piensa que le alcanza la pólvora para detonar su triunfo electoral, ya se siente óvulo listo para ser fecundado por el esperma del poder.

Ahora todo mundo es amigo o conocido de AMLO, o tiene un “conecte” con él o con MORENA, algunos priistas desconocen su origen y denostan al expresidente Peña.

Lo mismo les pasa a los panistas, la chiquillada también busca ser la diferencia o hacerse indispensable, en fin, hablar de nombres es como hablar de las cartas de la baraja, todas tienen un potencial azaroso.

La diferencia entre lo que se ve y lo que se piensa, puede ser abismal, hay quienes aseguran que el gobernador ya entregó la soberanía a AMLO, otros especulan que Quirino trae dos barajas, algunos de su gabinete dicen que es un hombre indescifrable.

Puede ser que la gubernatura ya esté en la etapa embrionaria y muchos ni se imaginan, quizá hasta le den la espalda o vean como insignificante a quien ya la trae en su fase de gestación.