Por David Uriarte

Candidatos asesinados, secuestrados, detenidos, golpeados, amenazados, invalidados, suspendidos, inhabilitados ¿Qué está pasando? Lo que está pasando son signos de cambios en todo sentido… Cambio de rumbo en las políticas públicas, cambio de régimen político, cambio en las percepciones sociales, cambios en la administración pública, cambio en las políticas partidistas, cambio en la mentalidad de las clases sociales y productivas, empoderamiento de la clase social más necesitada, en fin, signos y síntomas de un síndrome social nunca antes visto en México.

Las instituciones se vuelven vulnerables a los reclamos sociales y partidistas, las leyes y las normas se lastiman con presiones políticas, los representantes o responsables de hacer cumplir la ley les tiembla la mano y se les corta la voz en la toma de decisiones, todo en el marco de un proceso electoral copioso, el más grande de la historia en México.

El redireccionamiento político sigue una estrategia bien definida con un pronóstico bueno para unos y no tan bueno para otros; bueno para los idealistas y creyentes de un mundo nuevo, no tan bueno para los capitalistas o empresarios acostumbrados al trabajo y la acumulación de la riqueza.

Hoy que el reparto de la riqueza se hace con el dinero del que trabaja, la sociedad se polariza o se distribuye en dos grupos: los que estiran la mano, y los que ponen el dinero. Los que estiran la mano están muy contentos y no es para menos, los que ponen el dinero están muy preocupados y no es para menos. Transitar del tener al no tener produce miedo, ansiedad de un desastre donde el estilo de vida cambiará, donde la seguridad en la tenencia de los bienes o la economía ya no será tan segura.

Las revueltas sociales cada vez son más, en muchos lugares de la geografía mexicana estallan micro movimientos sociales, inconformidades con los que tienen, inconformidades con las instituciones que no obedecen a los reclamos partidistas o de grupo, en fin, pródromos de un desastre social y político. Todo termina en dinero y poder, dinero que no quiere perder el que lo tiene, y dinero que quiere tener el que no lo tiene, y poder que no quiere perder nadie.