Hay dos áreas sensibles en la vida de cualquier humano: la familia y el bolsillo. La salud puede golpear tanto a la familia como a la economía, en el caso del doctor Efrén Encinas Torres, secretario de Salud en Sinaloa, goza de extraordinaria salud, pero la pandemia ya alcanzó a tres de sus familiares cercanos.

Cuando la familia forma parte de la estadística, las cosas se ven de manera diferente, es decir, ya no es un número, ya no importa tanto lo cuantitativo, ahora es lo cualitativo lo que modifica la percepción de la realidad. Tener un familiar muerto por coronavirus, y dos más hospitalizados -entre ellos un hermano- es una vivencia distinta, es la ratificación de lo democrático de las pandemias… si alguien entiende lo terrible y amenazante del coronavirus, es el que sufre por sus estragos.

Estar a dos fuegos: por un lado, la realidad amenazante, y por otra parte los comerciantes y gran parte de la sociedad que ya no soportan más la pandemia económica, genera por decir lo menos, tensión emocional y presión política.

Si alguien sabe de los estragos económicos de la pandemia, son los comerciantes, y el gobernador Quirino conoce a la perfección el tema, el origen de su familia es el sector hotelero.

Cuando los comerciantes se reúnen con el gobernador Quirino, los Secretarios de Economía y de Salud, la empatía es obvia, le resulta fácil al gobernador entenderlos, pero el freno en la desesperación de los comerciantes es el Secretario de Salud que insiste en la explicación técnica de la virulencia y letalidad del coronavirus y su enfermedad COVID-19.

El doctor Efrén Encinas es al Gobernador lo que el doctor López-Gatell al presidente López Obrador. Es la versión técnica-científica que no se puede doblegar a los intereses políticos o económicos, esto genera tensión en la triada gobierno, economía y comercio.

Hay que cuidar la salud de los sinaloenses, su economía y, en consecuencia, a los prestadores de bienes y servicios, sin duda, está primero la salud. Para sentir no hay como que duela reza el refrán, es el caso de todos los que han perdido un familiar en esta pandemia, o han experimentado en carne propia la enfermedad, ante todo somos humanos, los títulos no sufren.