Por David Uriarte /

La dirigencia nacional del PRI está cumpliendo su compromiso, Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, presidente del Comité Ejecutivo Nacional, está trabajando rumbo al 2024. Si la idea es llegar primero a la selección de candidata o candidato de oposición, y después a las urnas, tiene el suficiente tiempo para lograr disminuir o acotar la oferta política del instituto político que representa.

No le alcanzó para construir y consolidar liderazgo, pero legalmente es el presidente, y con eso tiene para ordenar, dirigir, manipular, y derruir la estructura que por casi un siglo se mantuvo como ejemplo de solidez partidista, de los noventa años del PRI, los últimos veinte son de retroceso, basta medir el porcentaje de gobiernos estatales y municipales y su presencia en los congresos locales, y en el congreso de la unión.

Después de la persecución legal en su contra que terminó con la orden de cateo expedida por la autoridad Judicial en relación con la carpeta de investigación por enriquecimiento ilícito de Alejandro Moreno, donde el Fiscal General de Campeche Renato Sales Heredia encabezó el operativo, las cosas en el PRI cambiaron radicalmente… La actitud del Presidente Nacional del PRI cambió, se volvió más indulgente, más tolerante, menos contestatario con el gobierno en el poder, pero más incisivo en la toma de decisiones de los comités ejecutivos estatales.

Los ejemplos recientes son Sinaloa y últimamente la bancada del PRI del Congreso de Hidalgo; la cantaleta de “Alito” que en el PRI no estorba el que llega ni hace falta el que se va, mantiene un clima de frustración entre la militancia rentable y la base.

Si sólo fuera frustración de los aspirantes a posiciones de elección, la fractura no fuera tan catastrófica, pero se ha construido una percepción social de desaseo y un sentimiento de abandono y eventualmente rechazo a los miembros y simpatizantes del PRI.

Solamente construyendo un acuerdo de inocuidad partidista por el presidente del PRI con el régimen actual, se puede entender lo bien que está trabajando para llegar lo suficientemente disminuido y ser una oposición de papel.

Alejandro Moreno es un Moreno para MORENA, es una pieza valiosa para consolidar y perpetuarse en el poder ejecutivo y legislativo, después, harán lo necesario para tener un poder judicial a modo y como decía el PRI antes: carro completo, para esto se necesitan alianzas estratégicas.