Por David Uriarte /

La reforma eléctrica o la famosa “ley Bartlett”, será el centro de la discusión definitiva en la Cámara de Diputados mañana domingo 17 de abril de 2022.

Como en los viejos tiempos del PRI, los diputados de MORENA tendrán que hacer uso de su inteligencia logística, es decir, tendrán que buscar por todos los medios dos cosas: quedar bien con el presidente López Obrador al conseguir la aprobación de la reforma eléctrica, y mostrar un grado elevado de cohesión partidista después de los resultados en la consulta por la revocación de mandato.

El Presidente no puede estar muy contento al ver los resultados de su deseo en materia energética, específicamente en lo relativo a la electricidad, ya les dio el tiempo suficiente a sus operadores políticos en el Congreso, a los gobernadores morenistas, y al líder de su partido Mario Delgado.

La logística no ha dado resultados positivos, el Presidente tuvo que sacar una carta de la baraja y en tono amenazante dijo que ya tiene listo el decreto para nacionalizar el litio, metal sumamente codiciado por las empresas transnacionales dedicadas a la construcción de dispositivos electrónicos.

Mientras el presidente López Obrador descansa en su rancho en el sureste de la República, los diputados morenistas se preparan para ganar por decisión, o perder por ‘nocaut’… llegó la hora donde el desempeño político se mide por resultados.

Cuando la diferencia de votos es marginal, la logística tiene más opciones, cuando la diferencia supera los cincuenta votos, entonces la estrategia es de ligas mayores; los operadores políticos de MORENA deben tener por lo menos plan A, plan B, y plan C.

No es lo mismo reventar la sesión para no llegar a acuerdos, que llegar a la sesión con la crónica de una derrota anunciada.

El partido en el poder y la oposición están rindiendo políticamente lo más que pueden, ambos están agotados… la pelea se hizo vieja, cualquier cosa puede suceder aunque no se cumplan las expectativas de la empresa o del público, así es el negocio de la política y el gobierno.

Los mánagers van a demostrar de que están hechos, la derrota puede ser el retiro del contrato y el empresario puede endurecer las condiciones del negocio.

El Presidente no puede permitir que lo exhiban como perdedor, la oposición tiene al gobierno a un golpe del ‘nocaut’, ya no lo puede salvar la campana; pero es domingo de resurrección.