Por David Uriarte /

Donde menos se espera salta la liebre, cuando menos te imaginas aparece la jugada, el tema menos pensado es el trampolín a la popularidad, eso les pasa a todos los políticos, el día de ayer el gobernador Rubén Rocha Moya aprovechó la pregunta de una reportera para aventarse un salto mortal sin red protectora, y cayó parado.

Para los que no saben, la semana pasada personal de alcoholes del gobierno del estado clausuraron una de las cantinas más conocidas de Culiacán, todo porque unas jóvenes mujeres en la emoción de ver el juego entre Argentina y Países Bajos, festejaban las mejores jugadas levantándose la blusa y en consecuencia enseñando la anatomía anterior del tórax… Esto bastó para que alguien, no se sabe si por envidia o por otra cosa, alertara a las autoridades de Inspección y Vigilancia de estos santuarios de del esparcimiento y la diversión, para que tomaran cartas en el asunto.

La clausura fue la inteligente medida que tomaron, y el repudio de los clientes distinguidos, algunos intelectuales, políticos, notarios, académicos, gente de trabajo, y también uno que otro alcohólico, no se hizo esperar, circularon memes y hashtag con la leyenda #ELGUAYABONOSETOCA.

En la semanera del Gobernador, se le pregunto sobre la clausura del Bar ‘El Guayabo’ y esto contestó, “Para que lo clausuran, que se pongan la camiseta y ya, soy enemigo de esas cosas, de ese moralismo mocho, me informó el Secretario General de ese tema; hagan una recomendación, no quiero un seguimiento tan intenso de los de alcoholes, al que se pistea y hace locura pues sáquenlo de ahí y punto, que me disculpen, pero esa es mi opinión”.

Terminó en tono de broma diciendo, “a ver si la Tere me invita a comer ahora al Guayabo, lo que quiero decirles es que no exhibamos demasiada hipocresía”.

El tema pareciera ser trivial para muchos, sin embargo, la estadística de hombres y mujeres aficionados a la cerveza y otros tipos bebidas de contenido alcohólico es alto, y específicamente en ese Bar es famoso el pollo, la música y la diversión.

La empatía que generó la respuesta espontanea del Gobernador Rocha, elevaron sus bonos de simpatía entre los gobernados aficionados al Bar ‘El Guayabo’, al fútbol, la cerveza, y el pollo.

Nunca se sabe por dónde surgirá la oportunidad para fortalecer el posicionamiento de un gobernante.