Por David Uriarte /
Todos los gobiernos son de resultados, la diferencia está precisamente en el tipo de resultados.
Los gobiernos eficaces y eficientes son aquellos cuyos resultados corresponden a las metas propuestas y a la optimización de recursos.
Una administración recibe de la anterior una serie de activos y otros tantos pasivos, el reto consiste en cumplir a la sociedad, llenar sus expectativas y demostrar la efectividad de las políticas publicas actuales.
Las expectativas ciudadanas son muchas, pero se reducen a unas cuantas cuando de priorizar se trata, los padres de familia quieren una educación de calidad para sus hijos ¿Cómo se mide la calidad de los servicios educativos? Muy sencillo, el reconocimiento y aceptación de los profesionistas en el mercado laboral, hay empresas que se “pelean” a los egresados de ciertas escuelas.
La formación académica es el marco de referencia para la construcción de confianza de los consumidores cuando de servicios se trata, por ejemplo, si tu hijo o tu mamá tiene cáncer y requiere atención por oncología ¿Qué tan preparado esperas que este el oncólogo que los va a tratar? La respuesta es obvia, pero esa obviedad curiosamente depende de la calidad en su formación académica.
Hay momentos donde la educación y la salud se cruzan, como se cruza la pobreza y la enfermedad, no se debe esperar la vivencia trágica de una enfermedad catastrófica para valorar la importancia de la educación de calidad.
“Una cosa lleva a la otra” reza el refrán, una formación académica de calidad sin los insumos, instrumentos, o herramientas complementarias para el ejercicio efectivo de cualquier profesión termina siendo un verdadero fracaso; esos son los resultados que se miden y cuyo costo social es muy alto.
La aritmética es la mejor herramienta para medir los resultados de cualquier gobierno, los resultados cualitativos son importantes, pero los cuantitativos retratan y comparan realidades más allá de cualquier juicio o postura dogmática.
Comparar la calidad y estilo de vida al principio y al final de un régimen de gobierno o de una administración pública; comparar la movilidad de la ciudad al principio y al termino de una administración, la seguridad, el índice delictivo, el abasto de medicamentos, y todos los indicadores de crecimiento y desarrollo humano, eso es lo que mide a un gobierno: los resultados, no las palabras.