Por David Uriarte  /

Detrás de la bragueta del pantalón del hombre se esconden más que misterios; tragedias y alegrías.

Dejemos por un lado el buen desempeño erótico sexual que es lo normal o lo esperado en cualquier hombre sano física y mentalmente; veamos qué sucede en el silencio de la tragedia común que no presume el hombre ni su pareja.

Primero veamos la anatomía funcional de los genitales masculinos, específicamente el tamaño del pene.

El pene sirve fundamentalmente para tres cosas, para orinar, para fecundar, y para proporcionar placer erótico. El tamaño del pene nada tiene que ver cuando hablamos de orinar, pero cuando hablamos de fecundar y extraer placer, es otra cosa.

Para depositar los espermas en el fondo del canal vaginal y facilitar la fecundación, es indispensable un pene de por lo menos 8 centímetros, pero si se habla exclusivamente de extraer placer de una relación coital, entonces las cosas cambian. Es decir, ahí se necesita de un pene de por lo menos 15 centímetros.

La especie humana tiene expresiones corporales anatómicas diversas dependiendo de su origen étnico, es decir, no son lo mismo los africanos que los asiáticos, o los japoneses que los europeos.

El tamaño normal del pene se relaciona con el tamaño del canal vaginal, de alguna manera tiene un acercamiento estrecho con la capacidad y la potencialidad reproductiva.

Por eso, el tamaño del pene del burro se asocia al tamaño del canal vaginal de la hembra, en este mismo sentido, el tamaño del pene del hombre se asocia al tamaño del canal vaginal de la mujer.

Un pene superior a los 20 centímetros, es un pene que puede generar dolor y traumatismo en la hembra hablando biológicamente, por eso, el tamaño funcional del pene en los hombres latinos es 15 a 18 centímetros en erección, aunque en estado flácido oscila entre los 8 y 10 centímetros de longitud.

Un número importante de hombres grandes de edad y de tamaño, tienen penes menores de 10 centímetros, estos hombres pueden ser exitosos, intelectuales, ricos, o todo junto, pero su desempeño sexual puede ser el botón vulnerable que sólo ellos y sus parejas frustradas conocen.

Un pene pequeño puede ser fuente de disturbios emocionales y conductuales.