Por David Uriarte / 

El triunfo tiene muchas caras, la derrota es huérfana. En política se expresan los pensamientos creativos jamás imaginados, hay de todo, desde las ingenuidades hasta las jugadas magistrales, desde las obsesiones enfermizas hasta los regalos inesperados, en fin, cada día trae su propio afán y cada político construye su propia historia.

Los lugares disputables en Sinaloa son 66, (1 gubernatura, 18 presidencias municipales, 40 diputaciones locales, y 7 diputaciones federales), más los síndicos procuradores y las regidurías que equivalen a 100 lugares más aproximadamente.

Si fuesen en promedio sólo 100 lugares disputables en Sinaloa por la vía del voto ciudadano y a su vez sólo cinco partidos, entonces tendríamos 500 personas buscando la preferencia en la intención del voto, es decir, tendríamos 500 candidatos a algo que se llama un lugar en el gobierno y las políticas públicas.

La forma de llamar la atención de los posibles candidatos al poder político en Sinaloa, y ganadores del mismo a partir del 6 de junio del próximo año, depende de sus alcances en materia económica, credibilidad, simpatía, popularidad, e inteligencia.

Sin dinero, es una aventura perdida desde el inicio; con dinero, pero sin credibilidad, es un despilfarro donde todos ganan menos el candidato; con dinero y credibilidad, pero sin simpatía, será un hueso duro de roer o un producto difícil de vender. Con dinero, credibilidad, simpatía, pero sin popularidad, no le alcanzará el tiempo ni las redes sociales para penetrar en la conciencia de los electores y se quedará en el camino de los mejores evaluados; con dinero, credibilidad, simpatía, popularidad, pero sin inteligencia, se convertirá en el centro de la fiesta y de los escándalos.

Los jugadores ya empiezan a llegar al campo de juego, los tiros de calentamiento son evidentes, las fintas también… Los narcisistas esperan sentados creyendo que son más importantes de lo que en realidad lo son; los ingenuos piden prestado uniforme y tenis sin tener idea lo que representa el verdadero juego; otros ya vendieron los resultados coronándose por anticipado, dejando en el terreno de juego esperanzas ajenas. Otros le tiran arriba a ver si le pegan abajo.