Miciudad.mx / Las desgracias son huérfanas; los éxitos tienen polipaternidad.
De lo político a lo técnico hay un espectro suficiente, con un margen amplio y un patio de maniobras que permite cargar y descargar culpas. Los técnicos son consultados cuando los políticos aceptan o se dan cuenta que los fenómenos naturales no entienden de leyes, decretos o declaraciones. Los políticos sienten alivio cuando la explicación técnica les favorece o cuando los justifica, sin embargo, pasado el susto, la inercia vuelve a su cauce.
Entre los aplausos y las mentadas de madre a los responsables de las políticas y administraciones públicas están las promesas y las realidades. Prometen y ganan aplausos; llega la realidad destapando omisiones o corrupciones, y ganan improperios de parte de la población que en otro tiempo les aplaudió.
Cuando la lógica y el sentido común son rebasadas por los intereses, la ignorancia o las omisiones, la multa de la naturaleza se vuelve catastrófica, tal es el caso de la siniestralidad monstruosa de los fenómenos naturales que no respetan vidas, bienes o servicios.
Los servidores públicos no se mandan solos. Hay una cadena de mando, tanto en el orden federal como local, por lo tanto, querer reventar el hilo por lo más delgado como medida espectacular ni servirá de algo ni convencerá a la población en general, menos a la afectada.
La Secretaría de Gobernación, la Comisión Nacional del Agua y las unidades de Protección Civil se están repartiendo las culpas. De paso, el titular del Instituto Municipal de Planeación de Culiacán les recuerda: Se los dije.
Las precipitaciones pluviales atípicas, el drenaje deficiente y los niveles bajos de los asentamientos hicieron la mezcla perfecta para detonar la catástrofe que hará del 20 de septiembre una fecha tristemente histórica.
¿Por qué cien de las 500 colonias de Culiacán son las siniestradas? Porque son la únicas que están en el lecho del río o en la parte baja de la ciudad. ¿Quién autorizó a las desarrolladoras inmobiliarias el uso del suelo y la construcción de viviendas? En la disección de la anatomía del desastre aparece su origen. El reparto de culpas intenta ser la medicina.