Por David Uriarte /
En toda la república mexicana se vive la misma realidad, miedo, enfermos, fallecidos, recuperados, y desempleados, todo por una membrana oleosa repleta de instrucciones genéticas para hacer millones de copias de sí misma.
Las instrucciones están codificadas en 30.000 “letras” de ARN que la célula infectada lee y traduce a muchos tipos de proteínas virales. Para fines prácticos lo que importa es que el virus se replica en el tejido pulmonar y genera estragos cuyo espectro va desde nada hasta todo, es decir, desde estar asintomático, hasta producir complicaciones mortales.
El virus no se fija en títulos, nombramientos, encargos, representaciones, o sexo… lo mismo infecta a un niño, adolescente, joven, adulto, o anciano, lo único que necesita es un estado inmunológico deteriorado por la famosa comorbilidad que no es otra cosa más que enfermedades previas para hacer de las suyas.
Hoy le tocó el turno a muchos sinaloenses, hombres y mujeres que fallecieron victimas del SARS-CoV-2, entre ellos, a un distinguido médico internista egresado de la segunda generación del entonces Instituto de Ciencias de la Salud (INCISA) de la UAS, hoy Facultad de Medicina. José Antonio Rodríguez Alvarado, conocido por sus amigos, familiares y pacientes como JARA, se mantuvo firme y trabajando hasta el fin de semana, se mantuvo en tratamiento en su domicilio y el día de hoy falleció.
Jubilado del IMSS, en las recetas de su consulta privada se leía además de sus generales, una frase que llamaba la atención, “Diagnósticos Difíciles”, el doctor JARA fue un estudiosos de la medicina interna. Para muchos bohemio para otros algo más, sin embargo, fue un ícono en la sociedad médica mochitence.
La letalidad de este virus pandémico en los médicos, se debe entre otras cosas, a que los galenos al conocer de la fisiopatología viral, en otras palabras, al saber cómo actúa en el organismo, inicialmente se confían, se auto-medican, y buscan ayuda cuando ya hay estragos eventualmente irreversibles. Esta misma historia la protagonizo hace dos semanas, el Dr. Jorge Luna Conn, otro reconocido médico de Guasave. Saber no exime del riesgo.