Por David Uriarte /        

Una de las tareas cuyo entendimiento social le queda a deber, es la salud mental, específicamente el desempeño profesional del psicólogo. Desde la sublimación hasta la devaluación, es el espectro que recorren las creencias de muchas personas, desde la ignorancia hasta la dimensión precisa, las opiniones se distribuyen poniendo en evidencia el tipo de conocimiento de quien expresa definiciones y conceptos relativos al trabajo del psicólogo.

La psicología es una disciplina amplia, su presencia es indispensable para entender el origen de los significados y las representaciones particulares o sociales, la psicología estudia comportamientos difíciles de entender, incluso para la misma persona que los produce.

Poco a poco, la sociedad empieza a ser consciente de la importancia de la salud mental, la persona, la pareja, la familia, la escuela, la empresa, y las instituciones, se encaminan a reconocer a la salud mental como factor importante y decisivo en la tarea diaria de la sana convivencia.

Una sociedad tranquila, funcional, en paz, y con bienestar, califica para ser considerada feliz. El mundo en general y las ciudades en particular, expresan conductas que reflejan el grado de salud mental, basta observar las condiciones de vida en el Medio Oriente, la guerra entre Rusia y Ucrania; de manera regional, las condiciones de violencia e inseguridad en México… Todo esto se debe a la salud mental, por eso, la gran tarea y responsabilidad de todos encargados de atender la salud mental, principalmente los psicólogos.

Parte de la eventual satanización de la profesión y los profesionales de la salud mental, se deba a la ignorancia, a las creencias salpicadas por la propia enfermedad mental, a las posturas ideológicas con toques mágicos o fantasiosos que ponderan desde su rigidez, la conducta humana.

El atrevimiento de la ignorancia tiene una dimensión inimaginable, precisamente por eso, la psicología debe seguir preparando profesionistas de la salud mental, psicólogos que, desde su trinchera, promuevan la salud mental, detecten de manera oportuna las conductas disfuncionales, y apliquen los procedimientos conducentes para la recuperación de la salud mental hasta donde sea posible, tratando de rehabilitar el tejido familiar y social a través de la salud mental.

Un saludo sincero, respetuoso y el profundo reconocimiento al trabajo del psicólogo y la psicología.