Por David Uriarte / 

De los servicios municipales, estatales y federales, hay quejas. Quejas de los usuarios de los servicios, quejas de quienes buscan ser atendidos por las autoridades y sólo piden una sola cosa: el cumplimiento del deber.

En la Junta Especial de Conciliación y Arbitraje número 35 con sede en la capital sinaloense, los expedientes se aglomeran y el personal no se da abasto, los tiempos no son los esperados, y por si faltara algo más, los servicios sanitarios no funcionan desde hace dos semanas.

Lo anterior representa una violación a las normas de seguridad e higiene, más cuando en el mundo se habla de la epidemia del coronavirus, una enfermedad con una letalidad altísima.

La aglomeración de los usuarios, tanto abogados como despedidos y patrones que buscan una conciliación ante el árbitro oficial, tienen que soportar la ausencia y el riesgo que implica no contar con este servicio básico en una oficina pública.

Ojalá no se desprenda un brote infeccioso y termine por evidenciar las condiciones insalubres de la Junta Especial de Conciliación y Arbitrajes en Culiacán. Puede ser tema de presupuesto o de negligencia, la realidad es el riesgo que esto implica para la salud pública.

Lo que no se sabe, es con quien hay que tratar el tema de la higiene para subsanar la anomalía, ya que desde el mes de noviembre del año pasado la Junta no cuenta con Presidente.

Por un lado, las condiciones insalubres de la oficina, y, por otra parte, la ausencia del titular de esta, hacen del lugar un espacio de riesgo a la salud física y un espacio que trasgrede la Norma Oficial Mexicana 035, factores de riesgo psicosocial en el trabajo.

La NOM-035-STPS-2018, sólo comprende dos aspectos: los factores de riesgo psicosocial y el entorno organizacional favorable. Las condiciones insalubres de esta oficina constituyen un riesgo psicosocial en tanto las necesidades fisiológicas no se pueden aplazar, y, en consecuencia, el entorno organizacional deja de ser favorable para los empleados.

La recomendación para los abogados y sus clientes (trabajadores o patrones), es que lleguen con la vejiga y el ámpula rectal vacías para evitar cualquier accidente fisiológico.