Por David Uriarte /

“Es mejor tenerlo y no necesitarlo que necesitarlo y no tenerlo”, es el caso del Triage Respiratorio en la contingencia sanitaria por el COVID-19.

Triage es un término francés de origen militar que se emplea en el ámbito de la medicina para clasificar a los pacientes de acuerdo a la urgencia de la atención; es una escala de gravedad que permite establecer un proceso de valoración clínica preliminar a los pacientes, antes de la valoración, diagnóstico y terapéutica completa en el servicio de urgencias.

El objetivo del Triage Respiratorio es Identificar a pacientes con signos y síntomas de enfermedad respiratoria con sospecha de COVID-19, en la atención de primer contacto en Primer y Segundo Nivel, con la finalidad de disminuir el riesgo de contagio y tiempo de espera en la atención médica.

El Triage Respiratorio es un filtro previo al servicio de urgencias hospitalarias, es para clasificar a los pacientes en tanto unos llegarán más enfermos de pánico que de la infección.

Los criterios para caso sospechoso son: persona de cualquier edad que en los últimos 7 (siete) días haya presentado -al menos- dos de los siguientes síntomas: tos, fiebre o dolor de cabeza; acompañados de al menos uno de los siguientes signos o sintomatologías: dificultad respiratoria, dolor de articulaciones, dolores musculares, dolor de garganta al tragar, escurrimiento nasal, conjuntivitis y dolor torácico.

Los criterios de la Secretaría de Salud para caso confirmado son: persona que cumpla con la definición operacional de caso sospechoso y que cuente con diagnóstico por la Red Nacional de Laboratorios de Salud Pública reconocidos por el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (INDRE).

En menores de cinco años, en lugar de dolor de cabeza (cefalea) se puede presentar irritabilidad. La lista de laboratorios validada por el INDRE se difundirá por el Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica (CONAVE).

Así que a partir de ya, los hospitales privados se están preparando para lo peor de la pandemia, esperando lo mejor, es decir, esperando que no lleguen pacientes contaminados, y si llegan, hacerles el diagnóstico oportuno para instalarles el tratamiento eficaz.