Por David Uriarte

Una sociedad sana se construye, y una sociedad enferma también. Un cáncer mata a la persona no por una célula maligna sino por un tejido maligno, así una sociedad se enferma no por un individuo enfermo, sino por una familia enferma.

Todo, absolutamente todo lo relativo a la conducta pasa necesariamente por el cerebro. Unas manos que salvan vida a través de una cirugía o a través de la habilidad para volar un avión, pueden ser las mismas que jalan el gatillo para acribillar a otro, ¿Cuál es la diferencia? El cerebro.

Tanto la conducta de acto como la conducta de la instrucción salen del cerebro sano o enfermo, un cerebro sano induce acciones y pensamientos sanos, un cerebro enfermo induce acciones y pensamientos enfermos.

El orden de la conducta sociopática o enferma es parecido al orden de la conducta sana o funcional. Las acciones belicosas, destructivas o sociopáticas, son producto de un cerebro cuyo desarrollo y función están marcados por una biología enferma y/o un aprendizaje enfermo.

Las acciones equilibradas, respetuosas de los demás y el entorno, son producto de un cerebro cuya psiconeuroinmuno-endocrinología es biológicamente funcional y psicológicamente sana.

Hay cerebros que arrastran la genética hereditaria de las enfermedades mentales, otros, son biológicamente sanos, pero conductualmente enfermos, esto quiere decir que aprendieron modelos de respuesta patológica al entorno.

Las entrevistas con los sociópatas violentos y/o asesinos, demuestran la forma en que fueron construidos estos cerebros que aprendieron a disfrutar con el dolor ajeno, estas personas no nacieron siendo violentos o asesinos, aprendieron magistralmente en el camino de la vida a ser lo que son.

Para construir una sociedad sana primero hay que construir una familia sana, y para construir una familia sana primero hay que tener padres sanos que construyan hijos sanos.

¿Entonces es una afirmación que los sociópatas criminales son producto de unos padres enfermos? la respuesta es evidentemente sí, salvo las excepciones que confirman la regla. El sociópata no tuvo orden, disciplina y límites impuestos por los padres, por eso es como es.