Por David Uriarte /

No se trata de campañas, se trata de conciencia, mientras las personas persistan con su nivel de ignorancia, o su resistencia enfermiza de no obedecer las disposiciones de la autoridad, el grado de contaminación será muy alto, el número de enfermos lamentable, y el de fallecidos catastrófico.

El trastorno negativista desafiante es un trastorno mental con características definidas por un patrón de comportamiento desafiante, “desafía activamente o rechaza satisfacer la petición por parte de figuras de autoridad”.

La pandemia proporciona aprendizajes más allá de la epidemiología y la medicina crítica, la enfermedad pone a prueba la resistencia psicológica de las personas, y la habilidad política de los gobiernos para lidiar con las reacciones o conductas derivadas de la realidad monstruosa que se asoma en todo el mundo.

La promoción de la salud es el primer peldaño en la escalera de los procesos salud-enfermedad, después viene la protección específica, después el diagnóstico y tratamiento oportuno, las limitaciones del daño y la rehabilitación.

La pandemia necesita de todas las fases, desde la promoción hasta la rehabilitación; para las personas que aún no se han puesto en contacto con el coronavirus, la promoción de la salud y la protección específica son lo indicado, es en la etapa previa a la enfermedad cuando todos los esfuerzos valen la pena.

Decía al principio, se trata de conciencia, pero qué conciencia de enfermedad puede haber en el pensamiento de aquellas personas cuya ignorancia los aferra a prejuicios de negación de la realidad, o bien, de qué sirve la conciencia de una pandemia si se tiene un desorden mental donde la desobediencia a la figura de autoridad es lo que prevalece.

Por fortuna la prevalencia del trastorno negativista desafiante es alrededor del 2% de la población total, esto significa que en una ciudad de un millón de habitantes hay alrededor de 20 mil afectados por esa condición médica.

Estas personas no niegan ni la enfermedad ni el beneficio del cubreboca, se resisten a cumplir la indicación de la autoridad, no les gusta cumplir ordenamientos, su conflicto es siempre con las figuras de autoridad.