Por David Uriarte  /

 

El jueves 7 de noviembre, cumplió 80 años Jorge Sánchez, un empresario sencillo, dedicado al negocio de “tacos de cabeza de la Juárez” desde hace 57 años. Sin aspavientos inició el día con un desayuno típico de los sinaloenses desvelados o trasnochados, un menudo acompañado por su familia y dos gorrones; al medio día mariscos con sus amigos, Ponchos Padilla y Juan Hernández “el Chapala”; y en la noche a seguir trabajando. Esta es la gente de Culiacán, de Sinaloa y de México.

El viernes 8, el Colegio de Médicos Generales de Culiacán A.C., renovó su mesa directiva para el periodo 2019 – 2021. El doctor Oscar Omar Cabrera López, es el nuevo presidente y junto con otros 20 colegas, representan la nueva esperanza para dinamizar una de las organizaciones civiles emblemáticas del ramo de la salud. Hace 32 años, el doctor Armando Cabrera Bernal, padre del doctor Omar Cabrera, también fue presidente del Colegio de Médicos Generales de Culiacán, buen relevo generacional. Esta es la gente de Culiacán.

El sábado 9 de noviembre, se festejó el día del herrero por una empresa dedicada al acero y los insumos propios de esta industria. La empresa consintió a los herreros con música, comida y regalos. La música estuvo a cargo de los “Cadetes de Linares”, los regalos fueron significativos para el oficio, y la comida típica de los eventos sociales. Esta es la gente de Culiacán.

Ayer 10 de noviembre, a las 10 de la mañana, el desfile de cientos de caballos por la avenida Obregón con destino final en la Feria Ganadera. Los jinetes eran niños, mujeres, políticos, jóvenes y ancianos. Las tradiciones y el origen principalmente rural de las ciudades no se pueden negar, por eso la algarabía de ayer en el colorido desfile de los equinos. Esta es la gente de Culiacán.

El tejido social se parece al tejido biológico del cuerpo humano, está compuesto por millones de células, por eso, el cáncer social se parece al cáncer humano; una sola célula puede iniciar la descomposición funcional y aparece la enfermedad con las funestas consecuencias. La gente de Culiacán está inmersa en tareas de crecimiento y desarrollo social; pero siempre hay excepciones.