Por David Uriarte /

La sociedad contemporánea vive experiencias que quizá no imaginó. El pueblo imaginó un cambio de régimen, una alternancia en el poder, una jornada política que remontara las viejas prácticas para dar luz a la nueva era donde la libertad, la vida, la seguridad, la economía, la salud, el trabajo, y la riqueza fluirían como signo del cambio.

A más de la mitad del camino sexenal del régimen actual, la sociedad es testigo de muchas cosas, de datos duros que no dejan lugar a especulaciones o juicios de valor, hechos medibles que pueden gustar o no pero ahí están.

Quien puede negar el Programa Nacional de Becas para el Bienestar, Jóvenes Construyendo el Futuro, un programa a cargo de la Secretaría del Trabajo que tiene dos modalidades, estudios Universitarios con 2,400 pesos de apoyo, y capacitación laboral con 3,600 pesos de apoyo, Jóvenes Escribiendo el Futuro, Programa para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, Programa pensión para el bienestar de las personas con discapacidad, Programa Sembrando Vida, y otros más.

Quién puede negar el enfrentamiento entre el jefe del poder ejecutivo y el poder judicial… la armonía histórica y el respeto entre los tres poderes se empieza a fracturar y brota el agua turbia de la diferencia entre el poder ejecutivo y el judicial, pero también brota el agua cristalina entre el poder ejecutivo y el poder legislativo, una clara diferencia de lo que corre por los vasos comunicantes de los poderes de la unión.

Tampoco se puede esconder la fractura entre el jefe del poder ejecutivo y algunos líderes de opinión como Carlos Loret de Mola, Víctor Trujillo (Brozo), Joaquín López-Doriga, Ciro Gómez Leyva, y algunos medios informativos como Reforma, y otros tantos que son calificados como “chayoteros” o vendidos.

El apoyo extraordinario que ha recibido el gabinete de Seguridad encabezado por la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, y la Guardia Nacional, con las tareas de manejar los aeropuertos, aduanas, y los proyectos estratégicos y de seguridad nacional.

El discurso inesperado del Presidente dando un giro en sus expresiones para mandar un mensaje a los grupos armados y violentos, los famosos generadores de violencia en el país, el mensaje se presta a interpretaciones personales y políticas.

Todo esto puede ser el pródromo de una explosión social que puede cambiar el rumbo y el destino.